lunes

Año nuevo

Aquí van las dichas
de saborear lo fresco,
que se expande lento
y en bocanadas abraza,
como si no estuviera lejos
la inmensidad del cielo.

Son como calores intensos
a pesar del fuerte viento,
y de a momentos fuego
que recorre toda la situación,
como un arrebato inesperado
transformado en espejo.

Aquí crecen las dichas
de saborear lo intenso,
que se expande  en el viento
en bocanadas fogosas,
en la frescura inmensa del momento.

viernes

Suma

Contar lento y despacio,
casi recordando,
“experienciando”,
así llegar a la decena,
un redondo transformador
para tomar la rienda
y empezar de cero.

Llegar al diez,
simpatizar con el tres,
adorar al siete,
y para escribir
la historia sin fin
pensar en uno
y el nuevo infinito.


uno y uno.

Vibra el espacio

Poner el tiempo de mi lado 
es encontrar la manera de alejarme de las cosas en jaque,
no es abandonar el juego, sino dejar de medir los movimientos.
Mientras el alma fluya,
¿quién puede estar equivocado?
Así, en el medio del agua, saber que es el momento exacto,
de despertar a un tiempo de luz.

P.D: Espero que te vaya bien

soñando eléctrico.


Quiero

Como quisiera
dejar de pensar en intenciones,
sino enfocarlo en propias direcciones,
y crear,
tan solo crear sentido,
sentido en sensación y latido,
sentido en sentir que he vivido
y volver a vivir viviendo
lo fresco del sentir.

Y aunque los choques surjan cada vez,
tomar prestado,
el caluroso saber
de cada corazón atravesado.

Para eso,
como quisiera saborearlo,
cada vez más y más,
como un intenso verano
el cual creía olvidado.

Entonces dejo de hablar en pasado y digo,
quiero seguir intensificando,
mejor aún, sublimando,
cada huella
que hoy
empuja
sin poder evitar
el éxito de existir.


Que no me quede quieto mientras crezco.

Proliferar

Son buenas,
las formas que nacen
de cada momento a gusto,
cuando las energías emanan
un color desnudo.

Como evocar un pasaje oculto
o caminar de a ternarios,
en temporadas húmedas
que forman nubarrones,
esos que pasean alunizados
y se estrellan en un canto de Eolo.

Son más bien gratas,
bailarinas sin miedo,
llegando para presentar
el movimiento de los mares
y lo violáceo del silencio.

Jugando a sabiendas,
saboreando el poder hacerlo,
la voluntad impresionante de la historia,
los contactos, los placeres y caminos,
que se esparcen
cuando ya no hay prisa
sobre un febrero entero.

Como una máquina de coser, hacer.
Hagamos lo que queramos.