Los ojos
están secos
porque ya no quieren llorar,
invadidos de ensueño
alumbrados de reflejos
que rebotan del silencio y la luna.
Los ojos
están secos
porque ya se montan
merodeando sobre una forma
que no busca más que mirar
de lo profundo
hasta la simple figura.
Y sólo recorrerla al andar
para dibujar halos sin punta.
Los ojos
están secos
de tanto querer despertarse
y que no te vayas
nunca.
* Y sólo recorrerla al andar para dibujar halos sin punta.
Como un letrado
que amamanta sus bocas
se deshace del arte
al buscar aquello
que se mira y se toca.
Solo se expande el hemisferio
teniendo en cuenta
cuantos son los polos dispuestos
al sabor de cada bronca
Como un iluminado
que en su lucha se ducha
reaparece persistente
como si fuera mil montes
pero que resultan ser cientos de heces.
Como un letrado
desenvaina su furia loca.
Soy balas en el centro
que no escapan
ni quieren ver,
soy la luna que rompe
tus canciones
que huelen a miel,
soy madera que se moja
a lo lejos
en un gran tonel,
soy el ruido que aúlla
desde el eco
hasta tu piel.
Los placeres adivinan
las posturas de los robles
las miradas de los montes
las salidas y los cortes
la simpleza
de deshojar su otoño.
Los placeres perciben
las melodias brillantes
las temerosas debilidades
las salinas suaves
la sutileza
de desnudar al tacto.
Como el mundo que apetece,
somos pajaros volando
entre manjares y margaritas
de nuestras propias manos
que a ciegas nos guian.
Como volver a ver
y a sentir la percepción
ubicada en un punto de la galaxia.
La luz de la sensibilización
se ha comido todos los bosques
los que transpiran consonantes estrechas,
la luz de la sensibilización
ha despejado los muros
que en su revoque hunden los vestigios.
Como volver a sentir
y a ser primero
que lo nuevo es nuevo
y no se siente primero,
sino que nace desde adentro
empezando desde cero
iluminado desde un canela
a un verde lucero.
