Se intriga el sueño preguntandose si las flores iluminan si los bordes bordan si los colores caloran si las flores irradiantes de fuerza se funden en fieras fauces. Sus preguntas se expanden hacia afuera buscando los colores del calor.
La costa del alze se dispara corriendo a los finos limbos sobre su vibración penetrando a la intemperie desvaría y salta inhóspitamente por un risco de destino breve al atento ser ermitaño que por el centro esconde a si un color una flor fusa.